Huelga General 29 Marzo - Eduardo

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Tenemos que tomar conciencia de que con esta huelga todos vamos a intentar defender unos derechos que están siendo maltratados y abolidos. Derechos que nos sostienen como personas frente a este sistema de mercado neoliberal y que sin ellos nuestro lugar en esta sociedad pasa a ocupar el de meros objetos de consumo con unas contraprestaciones injustas que colocan a muchos trabajadores en una situación de esclavitud y denigran su condición como tales. No se trata solo de luchar por unas condiciones de trabajo que han costado décadas de esfuerzo conseguir sino de cuestionarnos también que lugar ocupamos en esta sociedad como personas, a que queda reducido nuestro bienestar social y personal, porque trabajar no puede quedar reducido a una cuestión de mera supervivencia en condiciones precarias solo para que unos pocos vivan bien. No podemos tolerar el estar sometidos a un sistema en el que no encontramos representación, el sistema debe estar hecho a nuestra medida y no a la inversa. Aceptar las condiciones de trabajo que nos imponen es aceptar unas condiciones de vida que garantizan a este mercado una relación de servidumbre con el hombre que devalúa su condición humana, que generara malestar social mucho más allá de una pobreza que siempre es más sostenible. No necesitamos que se nos imponga un ritmo de crecimiento insostenible porque lo que queremos es poder vivir en paz y no esclavizados por un sistema tirano.

EL TESORO DE SIERRA MADRE


INTRODUCCION AL WESTERN AMERICANO

Podríamos decir que la historia del Lejano Oeste Americano esta directamente ligada no solo a la colonización sino también a la emigración de europeos y de gentes humildes y aventureras de todas partes que veían en estas tierras la fascinación de una tierra prometida y la posibilidad de mejorar sus vidas.
El puerto de Manhattan desde principios de 1900 recibía aluviones de inmigrantes que intentaban dejar atrás no solo la pobreza sino también en muchas ocasiones unas vidas que en sus lugares de origen estaban marcadas por la delincuencia y la marginación. El continente americano había consolidado sus estructuras políticas en casi todos sus territorios, pero las regiones del oeste de este nuevo mundo conservaban todavía una gran inestabilidad social, la inseguridad jurídica era algo común en estos nuevos territorios debido a la carencia de servicios de seguridad que fueran eficaces y era por consiguiente el lugar idóneo donde poder pasar desapercibido si lo que se quiere es huir de la justicia, si lo que se quiere es ser olvidado para empezar una nueva vida. De hecho a nivel mítico, el Oeste simboliza el nuevo nacimiento del hombre en una tierra feliz y libre, el rechazo global de las civilizaciones del pasado y de sus fracasos. El sueño del Oeste se confunde así con el mítico sueño americano que consideraba que la existencia humana y la historia tenían un nuevo comienzo.

Hablar del Oeste Americano es hablar de conquista, de colonización y sobre todo de masacre de los pueblos indios, hablar del western clásico, como género cinematográfico que es, es casi siempre aplaudir este brutal colonialismo y justificar los genocidios y masacres de las que el pueblo indio ha sido víctima.
Los héroes del western son a menudo interpretaciones estandarizadas hechas por los cineastas que durante décadas se negaron a abordar de frente los problemas históricos reales de la colonización y han preferido fijar sus miradas en los que se han constituido como personajes típicos del western mas clásico, los ganaderos y agricultores, los mineros, toda una serie de personajes de carácter administrativo y burocrático: el Sheriff, los jueces, los propietarios de salones y burdeles, prostitutas, asesinos a sueldo y cazadores de recompensas , pastores protestantes perdidos en un mundo de violencia y naturalmente los indios, que si no conociéramos la historia americana, difícilmente podría imaginarse que los indios son los agredidos y los blancos los violentos agresores.

En el Western moderno, el western crepuscular, John Ford será el primero que presente a los indios como seres humanos alejados del tópico de su barbarie aunque con cierta ambigüedad sentimental a favor de los blancos (Fort Apache 1947) y será con El gran combate 1964 donde establezca con mayor lucidez y critica la tradición moral derivada de aquellas carnicerías que es heredada de los viejos patriarcas como una marca difícil de borrar.
El Wenster crepuscular que se iniciara también con John Ford sobre todo con El Hombre que Mato a Liberty Valance nos ofrecerá una visión distinta del Oeste americano y de sus personajes mostrando una postura más realista con la herencia histórica, con la consecuente responsabilidad ética que esto conlleva y mostrándonos a unos personajes que dejan de ser héroes ejemplares para convertirse en antihéroes, en hombres que usan sus armas no para salvaguardar la justicia y defender los valores sino para satisfacer sin escrúpulos las más bajas pasiones humanas.

De entre toda esta amalgama de personajes que pueblan el Oeste Americano destacan en numerosas películas aquellos personajes que explotan las riquezas de la tierra, de esa tierra por cuya conquista se lucha encarecidamente. Los mineros y los buscadores de oro serán personajes que tengan un verdadero protagonismo en el western Americano. La aventura de los buscadores de oro se inicia en California en 1848 cuando el descubrimiento de las primeras pepitas de oro en el aserradero de Johann Sutter desencadena la primera gran avalancha de gentes hacia el Oeste.
Común a la minería y a la agricultura es la azada, símbolo de la lucha entre el hombre y la tierra para arrancarle sus frutos, como también la cerca es el símbolo de la propiedad privada del territorio.
Estos elementos ha desempeñado un papel fundamental en el género y la importancia de los útiles mineros es muy trasparente en el que acaso sea el mejor Western acerca de la búsqueda del oro: El Tesoro De Sierra Madre.
Dirigida por John Huston en 1947 el mismo año en que dirigiría Cayo Largo otra de sus grandes obras, El Tesoro De Sierra Madre se inspira en un relato de Bernard Traven escritor de origen escandinavo que había recorrido el Pacífico antes de llegar a Méjico en 1923, donde ejerció como buscador de oro, y cuyas experiencias trasladó a las páginas de su obra.
Sobre la epopeya de los buscadores de oro puede nacer una tragedia, como ocurre en el film de Huston, pero también puede nacer una comedia musical como La leyenda de la ciudad sin nombre, de Joshua Logan, o de la búsqueda de otra riqueza natural como es el agua, preciada por su escasez en los extensos desiertos del suroeste puede nacer un western bello y poético como La Balada De Cable Hogue 1970 de Sam Peckinpah. Pero ninguna como El Tesoro de Sierra Madre ha conseguido transmitir con tanto desgarro la tragedia existencial de sus protagonistas, el ruido y la furia del antagonismo entre el hombre y su contexto, el desarraigo de unos seres abocados a una vida errante y a perseguir para el resto de sus vidas el polvo dorado que se escapa de sus manos.
La implicación de John Huston en un guion que maduro durante varios años tiene como resultado unas imágenes de enorme belleza visual debidas a la excelente fotografía sucia y polvorienta de Ted MacCord acompañada por una sofocante banda sonora del gran Max Steiner. Rodada íntegramente en exteriores localizados por el propio John Huston , en concreto en el desierto mexicano cercano a San José Purua donde sometió a los actores como era habitual en él a una difícil convivencia trasladándolos a vivir durante meses en el duro desierto mexicano, experiencia que dio lugar a unas catárticas interpretaciones que arrancan de esos actores lo mejor de sí mismos. Una de las mejores interpretaciones de Humphrey Bogart y de un Walter Huston (padre de John Huston) que obtuvo con su personaje el único oscar de su carrera.
El tesoro de Sierra Madre muestra un estremecedor y lucido estudio psicológico sobre la naturaleza humana plasmando con acierto los sentimientos y pasiones más bajas del ser humano como la codicia , el miedo y el asesinato. Es también el fracaso de una aventura solitaria que tiene como objetivo la búsqueda de los valores materiales pero también es el tortuoso viaje interior y el descubrimiento de lo que uno puede albergar dentro de sí mismo cuando se actúa a merced de los deseos mas equivocados. Recuperada la propia identidad, el grotesco desenlace provoca la liberación del instinto y la explicitación de su mayor triunfo: han perdido el oro pero han recuperado su propia estima.

Eduardo Gutiérrez